En un mundo cada vez más urbano, donde más del 50% de la población ya vive en ciudades (y se prevé un 70% para 2050), estos núcleos concentran gran parte del PIB mundial, el consumo energético y las emisiones de gases de efecto invernadero. También es en las ciudades dónde se hace más acuciante la adaptación climática. Por ello son el escenario principal para la descarbonización y la adaptación al cambio climático.

Las ciudades enfrentan el reto de, entre otros, electrificar la movilidad, implementar fuentes de energías renovables, mejorar la eficiencia energética de edificios, impulsar la circularidad y adoptar soluciones basadas en la naturaleza para gestionar el agua y diseñar infraestructuras verdes.

Se estima que el presupuesto público puede aportar alrededor del 20% de la inversión necesaria; el 80% restante debe provenir del sector privado, lo que exige una colaboración efectiva entre interlocutores visiones, necesidades y lenguajes distintos.

En GNE Finance trabajamos para cerrar esa brecha, conectando iniciativas de acción climática con fuentes de financiación para catalizar la transformación hacia ciudades y municipios sostenibles y resilientes.